viernes, 21 de noviembre de 2014

Creación 1: La anaconda y la ardilla

Una anaconda muy activa se arrastraba por la arena cuando apareció una ardilla. Aquella la vio. Asustada, aceleró. La anaconda la alcanzaba y acaeció que la ardilla se alteró y se metió al agua. Se acartonó y empezó a ahogarse. La anaconda se acercó a ayudarla, y aquella ardilla se sentía acorralada. La anaconda la acarreó hasta que alcanzó una acacia y allí la subió. La ardilla anonadada, se acarameló de la anaconda.
La anaconda no se alimentó de la ardilla porque afirma que tienen sabor acre.